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Por un nuevo Conservatorio “Teresa Berganza”: La Cultura también debe estar en los barrios obreros

Por Antonio Terrones y Jordi Escuer, miembros de IU Latina.

Protesta de alumnos y padres del Conservatorio ante la sede de la Comunidad de Madrid.

El conflicto en torno al Conservatorio “Teresa Berganza”, entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, es muy antiguo. Situado en la calle Palmípedo del barrio de Lucero, anteriormente fue el antiguo Colegio Hermanos Álvarez Quintero, edificado en un terreno que compraron los vecinos de Lucero por cuestación popular y que cedieron, al entonces Ayuntamiento de Carabanchel Bajo, para construir las escuelas, inauguradas en 1931.

Después de un tiempo cerrado, en 1993 el Ministerio de Educación lo convierte en Conservatorio profesional de música, dentro de un plan más amplio para descentralizar las enseñanzas musicales, concentradas en el centro de la ciudad.

Un edificio en malas condiciones

El de 26 de mayo de 1995, los bomberos hacen un informe negativo y un requerimiento posterior, del 14 de enero de 1998, concluye que el edificio carece de las condiciones y la documentación que acredite la protección contra incendios.

Debido a eso, el 21 de julio de 1998, el Ayuntamiento decreta el cese de la actividad y, el 8 de marzo de 2004, y plantea su precinto por los incumplimientos de la Comunidad de Madrid. El 14 de abril, la Comunidad alega que ellos no han incumplido, dado que no tuvieron las competencias hasta el año 1999, por lo cual piden la anulación del precinto y un plazo para la ejecución del proyecto de reforma. Ante la comunicación de que comienzan los trabajos, el Ayuntamiento suspende la orden de precinto.

El 26 de julio del 2004, la Consejería Educación pide el cierre del expediente alegando que ha realizado las obras, pero el Departamento de Control de la Edificación le contesta que, tras el estudio de la documentación, no existe nada que demuestre que se ha adecuado el edificio a la normativa de incendios, que no se reflejan las nuevas condiciones en los planos presentados, por lo cual se reclama a la Consejería la documentación adecuada, visada por un arquitecto, y que continuaran con las “ acciones pertinentes en el expediente”.

No sabemos qué otras comunicaciones mantuvieron ambas administraciones, pero sí que el 23 de enero de 2008 se cursa visita por parte del Departamento de Inspección de Bomberos, la cual resulta en un informe de “suspensión y cese de la actividad” por incumplir la normativa contra incendios.

Y llegamos al 2017 en el que nos encontramos con un nuevo informe de Bomberos emitido el 26 de enero, en el que destacamos el siguiente punto:

“El recinto donde confluyen las escaleras 1 y 2 y una de las salidas del salón de actos, no conforma un sector de riesgo mínimo, por lo que las salidas de las distintas plantas y del salón de actos no constituyen recorridos alternativos de evacuación". Este punto, y otros que recoge el informe de Bomberos, llevan a la Junta municipal de Distrito a comenzar los trámites para el cierre del Conservatorio por razones obvias de seguridad.

La Comunidad debe asumir su responsabilidad

A diferencia de otras ocasiones, se hace con transparencia, llegando incluso a convocar la propia Junta municipal una asamblea de la comunidad educativa para que la concejala, Esther Gómez, informara directamente sobre la situación real.

En la actualidad, la Junta está estudiando las alegaciones de la Comunidad, la cual expone que reserva 250.000€ para la realización de las obras, presupuesto que consideramos claramente insuficiente. La Junta ha ofrecido que se traslade la actividad al instituto Antonio Machado en Carabanchel Alto, de forma temporal, mientras se realizan las obras.

La Comunidad ha alegado que su pretensión es terminar el curso y realizar las obras en verano, y no acepta el traslado a un centro de su propiedad, aduciendo que no cumple la normativa para conservatorio. Olvida que el actual edificio, independientemente de las obras en materia de seguridad, tampoco cumple la normativa para ser Conservatorio razón por la cual carece de licencia de actividad desde su creación.

Izquierda Unida-Latina defiende la construcción de un nuevo conservatorio en la parcela que el Ayuntamiento ha destinado a tal fin, poniéndola a disposición de la Comunidad, y que se encuentra a escasos cien metros del actual centro. Una parcela grande que permitiría realizar, como lleva años pidiendo la Asociación Vecinal de Lucero, un conservatorio de música y danza, con calidad en sus instalaciones, y con un gran auditorio abierto a la ciudadanía.

Un proyecto que sería emblemático, como se merece la propia Teresa Berganza, la comunidad educativa —que ha demostrado su calidad con el Premio Nacional de Educación en 2013 y en más ocasiones—, y el barrio de Lucero, que lleva años defendiendo ese nuevo conservatorio para que los barrios obreros también se impregnen de cultura y puedan seguir teniendo acceso a la educación de calidad que se ofrece en el Teresa Berganza.

No es posible sorprenderse de la actuación de la Comunidad, pues los sucesivos gobiernos del PP han ido recortando el gasto en Educación pública. A pesar de que en este año lo han incrementado ligeramente, todavía está muy por debajo del gasto en educación que existía en 2009, 335 millones de euros menos. Y eso es especialmente cierto en el gasto en construcción y mejora de infraestructuras, que ha quedado reducido a una cantidad testimonial. Sin embargo, el recorte sólo ha afectado a la Educación pública, el dinero asignado a la privada concertada ha crecido en casi 200 millones de euros.

Hay dinero para el negocio educativo, mientras se sigue dejando languidecer a la pública. Y es que, una cosa conlleva la otra: cuando más se deteriore la enseñanza pública más “alumnos-clientes” esperan tener en la privada. Esa es la política del PP.

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