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El padre Damián, tiktoker de éxito: "Un cura nunca podría ganar en La Voz"

-"La gente me pregunta principalmente por los exorcismos y las relaciones afectivo-sexuales".

-"Alejando Sanz me pidió confesión y Laura Pausini se mostró muy cercana".

-"Mis vídeos no son de proselitismo; intento resolver las dudas de la gente".

-"Me enseñaron que a los 'haters' no hay que contestarles".

-"Los vecinos de Aluche me han aportado cercanía, sencillez y familiaridad". 

-"Por mi fe creo que sí, que el mal existe y está presente, aunque sea en las actitudes humanas".

Damián Montes (Granada, 1986) saltó a la fama en 2014 cuando, con 25 años, participó en el programa 'La Voz', donde concursó en el equipo de Antonio Orozco. Desde 2020 es párroco de la iglesia San Gerardo Mayela, en la calle Maqueda, la parroquia del Colegio Gamo Diana. A raíz del confinamiento, el padre Damián abrió una cuenta en la red social Tik Tok que cuenta con más de 630.000 seguidores y en la que responde a las preguntas de los usuarios con alegría, humor y buenas vibraciones. 

Además, los domingos, a las 20 horas, dirige la Misa de Jóvenes, en la que se llena esta iglesia de Aluche que cumple 50 años. Asimismo, han pasado de ayudar con alimentos a 40 familias antes de la pandemia a 240 ahora.

-¿Qué le aportó el concurso televisivo musical 'La Voz'?

-Fue una experiencia preciosa. Siempre he estado en el ámbito de la música. Desde que tenía cuatro años, acompañando a mi abuela, que es cantaora de flamenco. Después, con mis hermanas, creamos un grupo pop que actuaba en fiestas y verbenas. Tras ordenarme sacerdote, me formé en canto en el Conservatorio Teresa Berganza. Siendo cura, vi como una monja ganó una edición de 'La Voz' en Italia y entonces decidí presentarme a este concurso en España.

-Y fue bien.

-El ámbito religioso en España no tiene nada que ver con el italiano donde hasta hay canciones cristianas en los 40 Principales de ese país. Aquí choca más ver a un cura en la tele haciendo algo que no sea lo de siempre; parece que es un asunto que chirría. Mi presencia en 'La Voz' fue un boom. Llegó a todos los sitios. Se publicaron noticias en Inglaterra, Francia, Latinoamérica...

-Pero no podía ganar 'La Voz'.

-No podía; tú lo has dicho. Creo que mi participación fue bastante digna. Superé tres de las cinco fases. Y perdí con el que ganó esa edición. Al final, los programas tienen un guion del que no se puede salir.

-Eligió el equipo del cantante y coach Antonio Orozco.

-También pude elegir a Malú. También estaban, pero no se giraron durante mi actuación, Alejando Sanz y Laura Pausini. No sé por qué elegí a Orozco. Cuando nos preguntaron a quien elegiría por orden de más a menos dije que a Alejandro Sanz, Laura Pausini, Malú y Antonio Orozco. La verdad es que en el programa los encuentros reales con los artistas son intensos, aunque mínimos. Alejandro Sanz me pidió que le confesara; y Laura Pausini fue la que más cercanía me manifestó.

-¿Qué repercusiones tuvo su presencia en la televisión?

-Me hice popular, no en grandes cifras, y fui conocido como 'El cura de La Voz'. Aparecían noticias en todos lados. Aunque ya tenía relación en el ámbito musical, esto me sirvió para relacionarme con gente profesional. A día de hoy, tengo amigos que salen todos los días en la tele.

-Previamente estuvo de misionero en Calcuta India. ¿Qué aprendió allí?

-La India para mí ha sido la gran experiencia de mi vida y cuando pueda la repetiré. Es como ese sueño que uno quiere repetir cuando sea posible. Era ya religioso, redentorista, terminaba la formación y debía marchar a un año misionero y de pastoral. Elegí Calcuta porque se daban todas las condiciones que se pedían: hablar inglés, un lugar de misión y que hubiese casa de nuestra congregación. Y fue un choque de realidad. Tenían 25 años y no había salido más que a alguna visita en España y algún país en Europa, pero muy poco. Fue un choque cultural. Empezar de cero en India fue muy fuerte al principio. Recuerdo cómo a mi llegada me preguntaba "¿cuándo me voy de aquí?" Luego, sin embargo, lo difícil fue volver a España.

-¿Por qué fue difícil regresar?

-Primero, me costó mucho adaptarme a la India; y, una vez adaptado, me tocó volver. A mi regreso recuerdo que fui a Granada donde me pusieron un plato de sopa delante con cubiertos... y fue una experiencia muy fuerte. En India casi siempre comíamos arroz, pollo con arroz o verduras. Eso sí, la calidad humana de sus gentes es maravillosa. Una vez que se hace el hueco allí, uno no quiere volver.

-Y estuvo en otra parroquia madrileña.

-A Aluche llegué en 2007 y estuve hasta 2010 estudiando teología. Luego fui a la India. Regresé a la parroquia del Perpetuo Socorro de Madrid, donde estuve ocho años, y ahora llevo tres de párroco en Aluche.

-¿Qué le han aportado los vecinos de Aluche?

-Recuerdo como una experiencia muy bonita los tres primeros años en Aluche. Cercanía, sencillez y familiaridad que me regaló esta parroquia y que me ha vuelto a devolver una vez retornado aquí. Esta congregación siempre se ha distinguido por la apertura y la cercanía. (Lo señala porque en los años de la Transición la Policía acudió en varias ocasiones a la parroquia en forma de barracones para detener al Padre Javier debido a sus homilías progresistas que reclamaban libertad).

-¿Cuáles son las principales preocupaciones que le transmiten los vecinos de Aluche? 

-Las de ser un barrio envejecido con cierta marginación hacia la realidad de las personas mayores. Hay muchos viviendo solos. También les preocupa que no todos los establecimientos cuentan con la realidad de los mayores; por ejemplo los bancos del barrio se han digitalizado y ellos no tienen la  posibilidad de ser autónomos en sus gestiones por esta razón. A nivel espiritual, la necesidad de renovarse como iglesia que sirve y que sale al encuentro de sus vecinos.

-Fue llegar el confinamiento en marzo de 2020 y usted decidió colgar vídeos en la red social de Tik Tok.

-Abrí Tik Tok en pleno confinamiento y los primeros vídeos, que eran de preguntas y respuestas, resultaron exitosos y se fueron haciendo virales. Después hice otro tipo de vídeos en los que canto, practico el humor...

-¿Su objetivo es usar las redes sociales para acercar la religión a los más jóvenes?

-Nunca me he planteado la presencia en las redes sociales de una manera proselitista. No hago esto para captar gente. No sabría no estar en las redes. La gente de mi edad, mis amigos, que no son curas, están en las redes. Nací con la generación Tuenti y luego fuimos avanzando en otras redes sociales.

-Es gente muy joven la que le sigue en Tik Tok. ¿Qué les preocupa?

-Las preguntas que más se repiten son las del ámbito sexual-afectivo, en torno a si un cura puede casarse o mantener relaciones sexuales. Sobre la homosexualidad, si es pecado o no. Hay muchas personas evangélicas que se conectan desde Latinoamérica y preguntan desde su perspectiva mencionando textos bíblicos. Otro ámbito es el de los exorcismos y el mal. La gente me pregunta si he presenciado algún exorcismo y si el mal y el demonio existen. También hay cuestiones sobre la vida cotidiana; lo que puede hacer o no un cura: si puedo tener mascota, si me puedo bañar...

-¿Y existe el mal?

-Por mi fe creo que sí, que el mal existe y está presente, aunque sea en las actitudes humanas.

-Un sacerdote hablando de forma desenfada de temas mundanos en Internet. ¿Ha provocado las críticas de los católicos más tradicionales?

-Esa tensión siempre se da. Cuando un sacerdote se hace presente de manera pública en las redes sociales y, además, lo hace con una palabra un poco más abierta de lo que normalmente solemos escuchar en los medios de comunicación, siempre hay un sector bastante reacio que hace ruido. Me enseñaron hace tiempo que lo mejor para un 'hater' (odiador) es ignorarlo; no responderle para bien ni mal; y eso es lo que hago en Instagram, Tik Tok y Twitter. Esta última red social es la guerra. Y, si respondo, lo hago con humor, intentando generar siempre buen rollo y buen ambiente.

-¿Cómo se le ocurren los temas para Tik Tok?

-Me guío por las preguntas de la gente. Y cada cierto tiempo hago una pregunta general, que divido en dos campos: para menores o mayores de 29 años. Planteo lo siguiente: "¿Qué le preguntaríais a un cura?" Y, a partir de las respuestas, voy creando contenidos. Cada día, entre las 22 y 23 horas, cuelgo entre dos y tres vídeos.

-¿No le han dado un toque sus superiores eclesiásticos?

-No. Al contrario. Por parte de mi superior religioso hay mucha cercanía y apoyo; y por parte del obispo de Madrid, también.

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