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Homenaje al diplomático Sanz-Briz, que salvó a miles de judíos del Holocausto

-Ana Botella asiste a la inauguración de la avenida que lleva desde su nombre

-El que fuera encargado de negocios en la legación de España en Budapest expidió pasaportes y salvoconductos a unos 5.200 judíos.

-Colaboró además con la red de ayuda que creó en Budapest el diplomático sueco Raoul Wallenberg, que se calcula pudo salvar a más de 100.000 personas.

-El Ayuntamiento también rendirá homenaje al diplomático Sebastián de Romero Radigales, que asistió a los judíos de Atenas y Salónica.

-La alcaldesa anuncia la colocación de una placa en memoria de Romero Radigales en la casa donde vivió en Madrid, en el Paseo de Rosales 22.

Madrid rinde homenaje a Ángel Sanz-Briz, el diplomático español conocido como ‘El ángel de Budapest', que salvó a miles de judíos de la persecución nazi y de la muerte en las cámaras de gas de Auschwitz y Birkenau. Una vía de la capital lleva su nombre: Avenida de Sanz-Briz, situada en el Distrito de Latina.

La alcaldesa, Ana Botella, ha asistido a su inauguración y ha destacado que con este gesto se homenajea a "una de esas figuras que nos enorgullecen, a un héroe que, guiado por su conciencia y sus principios, hizo frente a uno de los episodios más terribles de la historia de la Humanidad: el Holocausto judío".

Con posterioridad a la invasión alemana de Hungría en marzo de 1944, Sanz-Briz, encargado de negocios en la Legación de España en Budapest, expidió pasaportes y salvoconductos a unos 5.200 judíos, a los que proporcionó techo, comida, asistencia médica y seguridad.
Defendió ante las autoridades nazis la relación histórica entre España y los judíos sefardíes, con el argumento de que la mayoría de los allí residentes eran de este origen, aunque en realidad sólo poco más de 200 lo eran.

Cobijó a los perseguidos en varias casas que él mismo alquiló, y a las que concedió la inmunidad diplomática de España, y les facilitó que pudieran escapar de Hungría por diferentes vías. Colaboró además con la red de ayuda que creó en Budapest el diplomático sueco Raoul Wallenberg, que se calcula pudo salvar a más de 100.000 personas.

"Con sólo 32 años, Ángel Sanz-Briz actuó movido por su conciencia", ha señalado la alcaldesa. Pasaron años hasta que se conoció su hazaña y sólo después de su muerte -en Roma, en 1980, siendo embajador de España ante la Santa Sede- recibiría su merecido reconocimiento.

Fue un héroe que protegió a judíos indefensos y se enfrentó a la atrocidad del nazismo.

"Es una página de la historia -recordó Ana Botella- que no conviene olvidar. Porque no sólo conviene recordar a los que promovieron y ejecutaron el Holocausto o a los que con su indiferencia y pasividad también lo propiciaron, sino a quienes tuvieron el valor y la determinación de hacer frente a aquella brutal industria del exterminio".

Sanz-Briz fue reconocido por el Yad Vashem, centro de investigación del Holocausto, con el título de Justo entre las Naciones, su más alta distinción. Su nombre está inscrito en piedra desde entonces en el memorial del Holocausto.
Otro hombre justo

La alcaldesa ha explicado que junto a Sanz-Briz, se quiere homenajear al diplomático Sebastián de Romero Radigales, también reconocido este año como Justo entre las Naciones. De él ha dicho que "hizo todo lo que estaba en su mano para asistir a los judíos de Atenas y de Salónica, acciones que iban más allá de sus deberes como diplomático".

Botella ha anunciado que el Ayuntamiento de Madrid, al igual que lo hizo con Sanz-Briz en 1996, dedicará próximamente una placa en memoria de Romero Radigales en la calle donde vivió en la capital, en el Paseo de Rosales 22. "Y haremos lo mismo con todos los Justos entre las Naciones españoles que tuvieron vinculación con nuestra ciudad", ha añadido la alcaldesa, que ostenta el cargo de vicepresidenta del Centro Sefard-Israel.

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